Todo lo que necesitas saber sobre las alergias en perros
Marina G VeterinariaLas alergias en el perro son extraordinariamente frecuentes. Se trata de una enfermedad crónica que afecta tanto a la calidad de vida del perro como a la de toda la familia. Comprender esta enfermedad y cómo tratarla te ayudará a mejorar el bienestar de toda la familia
Las alergias en el perro son extraordinariamente frecuentes. Pueden dar lugar a toda una serie de signos y síntomas distintos que afectarán en mayor o menor medida a la calidad de vida de tu mascota, y pueden estar causadas por una enorme variedad de sustancias del entorno. De hecho, podemos decir que el perfil alérgico de cada perro es tan único como ellos. Sin embargo, eso no significa que no haya una serie de factores comunes, muchos de los cuales responderán bien a algunos enfoques de manejo bastante sencillos.
¿Cómo puedes saber si tu perro sufre una alergia?
Como seres humanos que somos, en lo primero que tendemos a pensar cuando hablamos de alergia es en ojos hinchados y narices que gotean, porque esos son los síntomas que acostumbramos a presentar más frecuentemente las personas. En cambio, en los perros, esta «rinitis alérgica» es de hecho muy rara.
Los síntomas más frecuentes en los perros son, con diferencia, los problemas cutáneos, que suelen presentarse en la parte ventral del animal, las ingles, las axilas y, a menudo, la parte más distal de las patas y entre los dedos. Sin embargo, la localización exacta de las lesiones varía muchísimo, y puede ser bastante diferente entre las distintas razas. En la imagen, podemos ver las localizaciones más habituales de los signos de los perros con alergia.
Los síntomas más comunes incluyen:
Picor
El picor en la piel tiene tres posibles causas principales: parásitos (como pulgas o ácaros), infecciones cutáneas y alergias cutáneas. Se trata de un problema con importantes consecuencias sobre el bienestar animal, ya que estos perros sufren irritación, picor y dolor constantes en la piel. Y, naturalmente, el picor conduce a toda una serie de problemas.
Rascarse y lamerse
El deseo de rascarse o lamerse cuando se siente picor es totalmente natural; de hecho, esta respuesta podría incluso haber evolucionado para ayudar a protegernos contra los parásitos. Pero, cuando no hay ningún parásito, el hecho de rascarse repetidamente puede ser perjudicial. Los veterinarios llaman a esto «autotraumatismos», y las heridas que se producen en la piel como consecuencia del rascado continuado conducen a menudo a la aparición de infecciones cutáneas secundarias, ya sean infecciones bacterianas (como la pioderma) o por levaduras, por lo general Malassezias. Cuanto mayor sea la frecuencia del rascado y las agresiones sobre la piel, mayor será la inflamación generada. En los perros de color blanco o claro, puede observarse que el pelo ha oscurecido en algunas zonas. Esto se debe a que la saliva de los constantes lametones tiñe el pelo.
Enrojecimiento e inflamación
La inflamación de la piel provoca un aumento del flujo sanguíneo en la zona, lo que da lugar a un cambio de color y hace que aparezca enrojecida. El problema es que el rascado puede causar más inflamación, y que esta causa picor, lo que hace que el animal todavía se rasque más, la piel se inflame aún más… y así sucesivamente en un círculo vicioso. En ocasiones, denominamos a esto «ciclo picor-rascado».
Pérdida de pelo
La autoagresión continuada suele resultar en la pérdida de pelo, ya que la inflamación y el rascado causan la destrucción de los folículos y que el pelo se arranque. Así pues, aparecen zonas alopécicas, sin pelo, tal y como se ilustra arriba
Piel escamosa
Algunos perros presentan una piel escamosa y con caspa, ya sea localmente si la inflamación se limita a algunas zonas o extendida por todo el cuerpo.
Alteraciones de la piel
A largo plazo, la inflamación repetida y los daños causados en la piel hacen que esta se engrose y oscurezca (este tipo de lesión en ocasiones se denomina «liquenificación»). Esto ocurre como un intento de la piel de protegerse y es un indicador de un problema cutáneo grave y crónico.
Además, puede observarse la presencia de pápulas, que son una serie de pequeños «bultitos» o marcas de color rojo en la piel.
Otitis
Sí, ¡has leído bien! Recuerda que la oreja está recubierta de piel y, de hecho, las orejas son un buen indicador de la salud de la piel, puesto que en ellas la inflamación leve causada por una alergia se complica rápidamente con infecciones por levaduras o bacterianas secundarias. Las infecciones pueden tratarse con relativa facilidad, pero el problema subyacente sigue estando presente, aunque se solucionen. Como consecuencia, a menudo consideramos que un perro joven que presenta infecciones repetidas del oído sin una razón evidente podría acabar desarrollando una enfermedad alérgica avanzada más adelante en su vida..
¿Qué provoca las alergias en perros?
Podemos considerar que una alergia es un «error» del sistema inmunitario del perro. Aunque generalmente es muy efectivo, el sistema inmunitario no es infalible y, en ocasiones, puede empezar a atacar a estructuras que no debería o no tiene necesidad de hacerlo. Cuando el sistema inmunitario ataca por error a células sanas del propio organismo, se origina lo que denominamos una enfermedad autoinmune. No obstante, cuando identifica erróneamente una sustancia inofensiva (como una partícula de polen o una sustancia de limpieza) como dañina, provoca una reacción a la que damos el nombre de alergia.
Alérgenos: los desencadenantes de las alergias caninas…
Un alérgeno es simplemente una sustancia inocua que el sistema inmunitario reconoce como diana para su acción. Y existe una enorme variedad de alérgenos diferentes a los que pueden reaccionar perros distintos.
Algunos de los alérgenos más habituales son:
• Saliva de las pulgas: muchos perros reaccionan intensamente frente a este alérgeno, y desarrollan lo que denominamos una dermatitis alérgica a la saliva de las pulgas.
• Alérgenos ambientales: aquí se incluyen los pólenes, mohos y proteínas de la superficie de los ácaros (muchos perros sufren reacciones alérgicas frente a los inofensivos ácaros del polvo o los del almacenamiento).
• Alergia alimentaria: Es importante recordar que la alergia alimentaria no es el tipo de alergia más frecuente en los perros, si bien, cuando se presenta, suele tratarse de alergia a las proteínas (de la carne, la mayor parte de las veces). Otra idea errónea importante es que las alergias alimentarias en los perros provocan trastornos gastrointestinales. En realidad, eso es muy raro; la mayoría de las alergias alimentarias de los perros provocan picor en la piel, igual que ocurre con otros alérgenos.
… penetración a través de las barreras cutáneas del perro y desarrollo de inflamación…
En los perros con alergia, existen alteraciones de la barrera cutánea microbiana, de manera que las bacterias «buenas» presentes en la piel de forma natural son menos diversas y tienen menor capacidad de protección. Sus barreras cutáneas mecánicas también son menos eficaces y permiten a los alérgenos penetrar más fácilmente. Además, podemos ver alteraciones de estas barreras cutáneas mecánicas como resultado de agresiones en la piel. Así, el rascado continuado puede de hecho agravar la alergia al facilitar la entrada de más alérgenos y su exposición a las células inmunitarias. Sin embargo, el sistema inmunitario parece no funcionar de manera tan efectiva en los perros con predisposición, cuya barrera cutánea inmunitaria es más reactiva que en otros perros, lo que hace que reaccione con mayor rapidez y agresividad y no se «calme» tan fácilmente. A diferencia de lo que ocurre en las personas, en el perro, la histamina de los mastocitos es menos importante en el proceso, lo que explica que los fármacos antihistamínicos suelan ser mucho menos eficaces en los perros alérgicos que en las personas con este problema.
Estas sustancias químicas desencadenan alteraciones en los tejidos locales —aumento del flujo sanguíneo, desplazamiento de los leucocitos y cambios en la sensación nerviosa—, que son las que originan el dolor, el picor, el enrojecimiento y los otros síntomas que observamos.
Predisposición racial a padecer alergias
Aunque cualquier raza (o cruce de ellas) puede sufrirlas, hay ciertas razas que están más predispuestas a desarrollar alergias, como ocurre con las siguientes: West Highland white terrier, golden retriever, labrador, shar pei, dálmata, bóxer y Boston terrier, por nombrar algunas. La edad a la que suele empezar el problema tiende a ser temprana, normalmente entre los 6 meses y los 3 años de edad. Si los síntomas aparecen por primera vez cuando el perro tiene una edad más avanzada (más de 6 años), entonces es bastante probable que la causa no sea una alergia sino otro tipo de problema.
¿Cómo se diagnostican las alergias en perros?
Determinar que un perro tiene alergia puede ser un proceso lento y con frecuencia, descubrir a qué es alérgico el perro resulta bastante laborioso.
El diagnóstico de las enfermedades alérgicas de la piel suele ser un proceso largo, prolongado y, a veces, muy frustrante. Sin embargo, esta es la mejor manera de llegar a un diagnóstico definitivo para que tanto tú como tu veterinario sepáis exactamente qué está pasando y cómo abordarlo.
Desgraciadamente, no existe una prueba sencilla para diagnosticar las enfermedades alérgicas cutáneas en perros: los análisis sanguíneos y las pruebas cutáneas pueden ayudar a determinar a qué es alérgico un perro. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no pueden decir por sí solas si un perro es alérgico o no. El diagnóstico de las alergias en los perros suele hacerse descartando cuidadosamente las otras posibles causas, y examinando con atención los síntomas y antecedentes del animal.
En primer lugar, descartar la presencia de parásitos e infección cutánea
Detenerse en este paso puede parecer innecesario, ¡o incluso insultante! Sin embargo, es absolutamente esencial descartar de entrada la causa más habitual de picor en el perro: ¡las pulgas y otros parásitos! Con este objeto, el veterinario puede recomendar un cambio en el tratamiento de control de pulgas u otros parásitos. Esto no significa que te recrimine nada, no quiere decir que el veterinario no te crea cuando le dices que ya aplicas los productos, pero hasta que esta posible causa no se descarte, el diagnóstico será siempre incierto.
Es posible que el veterinario realice también un cepillado del pelo para buscar indicios de pulgas, así como raspados cutáneos para detectar ácaros como los que causan la sarna sarcóptica o la sarna demodécica.
El veterinario puede hacer también una prueba en la piel para comprobar si el perro presenta alguna infección cutánea. Si es así, esta tiene que tratarse antes de seguir investigando.
Una vez descartado todo esto, puede pasarse al siguiente paso.
Cambios recientes
¿Ha habido algún cambio reciente en aspectos como el detergente que se usa en casa, la comida, la cama del perro, etc.? Suelen ser necesarias unas 6 semanas para que un cambio en el entorno dé lugar a manifestaciones de alergia, no ocurre de inmediato. Sin embargo, es bastante sospechoso que, tras un cambio en el detergente de lavar la ropa, por ejemplo, aparezcan síntomas al cabo de unas 6 semanas.
Lamentablemente, la mayor parte de las veces, estos cambios resultan irrelevantes, por lo que debemos pasar al siguiente paso.
Alergias alimentarias
El diagnóstico de las alergias alimentarias es complicado, ya que no causan alteraciones claras en los análisis sanguíneos ni las pruebas cutáneas. Esto hace que suela ser necesaria una prueba de eliminación dietética. Se retira la dieta normal (por completo, incluidas las chuches y los tentempiés) al perro y se le suministra una dieta hidrolizada (a la que el sistema inmunitario no puede reaccionar) o una dieta de proteína novel (con la que el sistema inmunitario no haya estado en contacto nunca, por ejemplo, tapioca y salmón, etc.), ya sea industrial o casera. Si se ignora lo que el perro ha comido durante su vida, una dieta hidrolizada es probablemente la opción más segura. El animal seguirá con esta dieta SOLO durante 8-12 semanas. Si los síntomas no mejoran, puede decirse casi con certeza que el problema no era una alergia alimentaria. Si hay una mejoría, entonces haremos la parte más difícil: empezar a reintroducir alimentos normales y observar cuáles desencadenan una reacción.
Alergias ambientales
En el caso de las alergias ambientales (pólenes, mohos, etc.), los análisis de sangre y de la piel pueden ser útiles (aunque hay que tener mucho cuidado con las pruebas que no realice el veterinario, ya que lamentablemente existen muchas «pruebas falsas» en el mercado). También existe la posibilidad de que el perro dé positivo a un alérgeno al realizar las pruebas, pero que en realidad esté reaccionando a algo diferente en una situación «del mundo real», por lo que es mejor que estas pruebas sean interpretadas por su veterinario o incluso por un dermatólogo veterinario especializado.
Una vez que sabemos a qué alérgenos reacciona el perro, podemos empezar a pensar en un tratamiento a largo plazo
¿Cómo se tratan las alergias del perro?
Como regla general, no intentes tratar por tu cuenta ni siquiera las enfermedades cutáneas alérgicas moderadas de los perros. ¡Consulta siempre a tu veterinario para que te aconseje! El tratamiento dependerá de lo que cause la alergia y es probable que varíe con el tiempo; además, a menudo se recurrirá a una combinación de distintas soluciones. Si no se tratan de forma adecuada, los síntomas pueden empeorar rápidamente y ser mucho más difíciles de controlar.
Existen cuatro aproximaciones básicas para el tratamiento de las alergias en perros:
1. Evitar el contacto con los alérgenos siempre que sea posible (p. ej., limpieza frecuente para minimizar la presencia de ácaros del polvo, aplicar regularmente productos para la prevención de las pulgas, evitar determinados alimentos o productos de limpieza, etc.).
2. Aplicar productos tópicos que aporten ingredientes que ayudean a aliviar la piel y a regenerar su barrera cutánea.
3. Usar fármacos para reducir el picor y la inflamación de la piel.
4. .Inmunoterapia
¿Cuál es el pronóstico de las alergias en perros?
Las alergias son una enfermedad que afecta al animal toda su vida y que, por tanto, necesitan tratamiento también de por vida. Es importante recordar que la mayoría de las alergias de los perros requieren la combinación simultánea de múltiples aproximaciones para controlarlas. Y, como hemos visto, no hay dos perros idénticos: las alergias de cada perro son exclusivas y, por lo tanto, su tratamiento debe ser también exclusivo. No hay una solución que funcione para todos los perros. En cualquier caso, la aplicación de ingredientes activos como Ophytrium, uno de los componentes de DOUXO® S3 CALM, a altas concentraciones directamente sobre la piel resulta muy beneficiosa para fortalecer, equilibrar y ayudar a aliviar la irritación de la piel.