Todo sobre las alergias del gato
Marina G Veterinaria«Las alergias en el gato son algo frecuentes. Se trata de una enfermedad crónica que puede alterar gravemente la piel del gato y que afecta tanto a su calidad de vida como a la de toda la familia. Comprender este trastorno y cómo tratarlo te ayudará a mejorar el bienestar de toda la familia».
Es posible que leas este artículo porque has observado que tu gato parece tener picor (prurito). Son muchas las enfermedades que pueden provocar picor en los gatos, y a muchos de estos gatos a menudo se les diagnostica una alergia. Los gatos, al igual que las personas, pueden ser alérgicos a una serie de compuestos. A menudo, se trata de alergia a las pulgas, alergias alimentarias o alergia a algo del entorno (por ejemplo, al polen, la hierba, los ácaros del polvo del hogar, etc.). Esta página tiene por objetivo ayudarte a comprender las alergias de los gatos y a saber cómo controlarlas.
Además del picor… ¿cuáles son los síntomas de las alergias en gatos?
En las personas, solemos asociar las alergias a síntomas respiratorios como estornudos y descarga nasal (rinitis). Los gatos también pueden presentar estos signos, si bien los de tipo dermatológico son mucho más habituales. Entre los signos se incluyen:
- Manifestaciones de picor: rascado, aseo excesivo, restregarse más de lo habitual, mordisquearse el pelo o la piel
- Pérdida de pelo (alopecia)
- Piel inflamada y enrojecida
- Heridas, úlceras y costras
En los gatos, las alergias se clasifican en seis presentaciones clínicas:
Prurito en cabeza y cuello
Esta presentación resulta muy alarmante para los tutores, porque los gatos presentan lesiones ulceradas y costrosas, de muy mal aspecto, alrededor de la zona de la cabeza y el cuello, que generan un prurito intenso.
Pérdida de pelo (alopecia) autoinducida
¿Has notado que la lengua de tu gato es áspera? Cuando los gatos se acicalan en exceso, las papilas de la lengua debilitan y rompen fácilmente el pelo, lo que acaba provocando su caída. En consecuencia, algunos gatos pueden mostrar zonas de piel sin pelo (alopécicas), con mayor frecuencia en el abdomen y las extremidades posteriores, aunque también pueden verse afectadas otras zonas que estén al alcance de su lengua.
Asimismo, hay que tener en cuenta que algunos gatos solo se acicalan cuando no hay nadie cerca. En estos gatos en los que no se observa el acicalamiento de forma evidente, la presencia de zonas de piel sin pelo puede ser la única indicación de picor.
Dermatitis miliar
La dermatitis miliar es una reacción cutánea característica del gato. En ella, las lesiones son solo de unos pocos milímetros de longitud y tienen la forma de un grano de mijo.
Placas inflamadas (placa eosinofílica)
Lesiones cutáneas muy pruriginosas (que producen picor intenso) que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en el abdomen. Las lesiones consisten en zonas de alopecia con áreas elevadas de piel enrojecida.
Nódulos/granulomas (granuloma eosinofílico)
Los granulomas eosinofílicos, que pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo pero son más habituales en la boca, las patas traseras y las almohadillas, son lesiones elevadas y engrosadas de la piel, habitualmente con pérdida de pelo y ulceración.
Úlcera labial
Estas lesiones aparecen en el borde del labio superior de los gatos afectados. El labio puede estar hinchado y presentar úlceras importantes con los bordes elevados.
Así pues, ¿qué provoca las alergias cutáneas en gatos?
La respuesta del sistema inmunitario
Las alergias son una respuesta exacerbada del sistema inmunitario del gato. Se producen cuando una sustancia inofensiva, también conocida como alérgeno, es identificada como algo desconocido y potencialmente dañino.
Con el objeto de contener y eliminar esta amenaza, el sistema inmunitario iniciará una respuesta que dará lugar a la producción de una serie de sustancias inflamatorias. Estas sustancias aumentan el flujo sanguíneo en la piel, provocando enrojecimiento (eritema), cambios locales en los tejidos y la estimulación de las terminaciones nerviosas, lo que genera el picor, que es la característica más marcada de la enfermedad alérgica y la que empeora los signos.
Aunque es común en las personas, la histamina no es la principal sustancia inflamatoria en los gatos, por lo que los antihistamínicos no son tan eficaces en su caso como tratamiento para las alergias. No obstante, pueden utilizarse para los signos leves o como parte de un abordaje multimodal.
Alérgenos comunes en los gatos
Según el tipo de alérgenos a los que el gato es sensible, podemos dividir las alergias en tres grupos:
- Dermatitis alérgica a las pulgas: en una dermatitis por alergia a las pulgas, el sistema inmunitario del gato reacciona a los alérgenos presentes en la saliva de las pulgas, que se inoculan en su piel en el momento de la picadura.
- Alergia alimentaria: como indica su nombre, las alergias alimentarias son provocadas por alérgenos que se encuentran en la dieta del gato. Los alérgenos alimentarios más frecuentemente implicados son las proteínas de vacuno, pescado y pollo, aun cuando se han identificado muchos otros posibles desencadenantes de una respuesta alérgica en gatos sensibles.
- Dermatitis atópica: en cuanto a la dermatitis atópica, este tipo de alergia se debe a alérgenos presentes de forma natural en el entorno del gato, como el polen, la hierba y los ácaros del polvo.
Es importante señalar que, al igual que ocurre en las personas, no todos los gatos alérgicos son sensibles a los mismos alérgenos. Cada gato alérgico tiene su propio perfil de alergia, que parece estar determinado por su predisposición genética a la enfermedad alérgica y su interacción con el entorno.
Sin embargo, los gatos que sufren un tipo de alergia parecen estar predispuestos también a otros tipos.
¿Qué gatos presentan alergias?
Los gatos abisinios parecen tener cierta predisposición a las alergias, aunque cualquier raza puede verse afectada. Por otra parte, los primeros síntomas de las alergias suelen observarse en los tres primeros años de vida, aunque pueden verse afectados gatos de cualquier edad.
¿Cómo se diagnostican las alergias en gatos?
El diagnóstico de los trastornos alérgicos puede llevar mucho tiempo y constituir todo un reto. Por lo general, suele basarse en lo siguiente:
Anamnesis y exploración física
La información clínica proporcionada por los tutores de los gatos y las observaciones realizadas durante un examen físico y dermatológico exhaustivo son muy importantes en el proceso de diagnóstico, ya que existen una serie de signos que combinados son altamente indicativos de enfermedad alérgica.
Exclusión de otras enfermedades
Las alergias van asociadas a una toda una serie de síntomas y lesiones cutáneas, pero el signo más frecuente de la enfermedad alérgica es el picor. Sin embargo, además de las alergias, hay otros problemas cutáneos que pueden provocar o intensificar el prurito, como, por ejemplo:
- Enfermedades parasitarias, como las provocadas por las infestaciones por pulgas o ácaros (Otodectes cynotis, Demodex gatoi y Notoedres cati)
- Enfermedades fúngicas, como la tiña (dermatofitosis), o infecciones secundarias por levaduras (infección por Malassezia)
- Infecciones bacterianas secundarias
Esto significa que, para diagnosticar alergia a un gato, el veterinario llevará a cabo primero algunas pruebas para descartar otras enfermedades que pueden causar síntomas similares.
Mantenerse al día con el control de los parásito
Revisar el tratamiento contra los parásitos externos de tu gato puede ayudar al veterinario a averiguar si sufre una dermatitis alérgica a las pulgas. Con el tiempo, las pulgas pueden volverse resistentes a ciertos tratamientos, por lo que el veterinario podría pedirte que cambies el producto que estás utilizando.
Iniciar un ensayo dietético
Para averiguar si los síntomas se deben a un componente de la dieta del gato, el veterinario deberá realizar una prueba de exclusión dietética. Esta prueba consiste en proporcionar al gato una nueva dieta estricta durante 8-12 semanas, de manera que durante este tiempo solo podrá comer esos alimentos. Es vital seguir esta dieta de forma estricta para que sea efectiva. Esto puede ser más difícil para los gatos que son cazadores, así que coméntalo con tu veterinario si es el caso de tu gato.
En función de los antecedentes dietéticos de tu gato, tu veterinario puede recomendar:
- Una dieta hidrolizada, en la que las proteínas se fragmentan en pequeños elementos para que el sistema inmunitario no pueda reconocerlas como un alérgeno.
- O una dieta de proteínas novedosas, que contenga proteínas que el gato no haya comido nunca antes.
Si el gato mejora durante esta prueba, puede reintroducirse su comida habitual para ver si desencadena un brote de alergia, lo que confirmaría el diagnóstico de alergia alimentaria. Sin embargo, si no hay ninguna mejora, es más probable que el gato tenga una dermatitis atópica.
Estudiar posibles alérgenos ambientales
Para determinar a qué alérgenos ambientales es sensible tu gato atópico, tu veterinario puede hacerle análisis de sangre (pruebas serológicas) y pruebas cutáneas (intradérmicas).
¿Cómo se tratan las alergias del gato?
Las alergias son enfermedades crónicas que necesitan tratamiento prolongado. Las opciones de tratamiento varían en función de los alérgenos implicados en cada caso.
Debido a la naturaleza compleja de estas enfermedades, a menudo se recomienda una aproximación multimodal, que consiste en una combinación de las siguientes opciones:
Evitar el contacto con los alérgenos
Si el gato no entra en contacto con los alérgenos a los que es sensible, el sistema inmunitario no provocará la respuesta alérgica que da lugar al picor y las lesiones cutáneas.
En los gatos con dermatitis alérgica a las pulgas, normalmente se puede evitar el contacto con los alérgenos desencadenantes manteniendo los tratamientos antiparasitarios al día. Esto implica aplicar un tratamiento también al resto de los animales del hogar, así como en el entorno doméstico.
En los gatos alérgicos a los alimentos resulta eficaz cambiar su dieta por otra que no contenga los alérgenos causantes de la alergia.
Sin embargo, en los gatos atópicos, no siempre es posible evitar el contacto con los alérgenos, debido a la naturaleza omnipresente de los alérgenos ambientales. Aun así, según cuáles sean los alérgenos a los que el gato es sensible, se puede intentar reducir su exposición a ellos.
Productos tópicos para aplicar los ingredientes donde son necesarios
Los aerosoles y las lociones con corticosteroides (productos de prescripción médica) suelen ser eficaces para las erupciones alérgicas. Otros productos tópicos no farmacológicos con una alta concentración de Ophytrium, como DOUXO® S3 CALM, también ayudan a reducir la irritación y calmar la piel, manteniéndola hidratada y restaurando su función de barrera, al tiempo que limitan la adhesión de bacterias potencialmente patógenas como Staphylococcus.
Fármacos para tratar el prurito y la inflamación
Dado que el picor afecta considerablemente al bienestar del animal, el alivio del prurito constituye la parte central del tratamiento de la alergia.
Pueden utilizarse diferentes fármacos para reducir el picor, como corticosteroides, ciclosporina o ácidos grasos esenciales. Tu veterinario decidirá cuál es la mejor opción para tu mascota..
Tratar la causa con una terapia de desensibilización
La inmunoterapia, comúnmente conocida como inyecciones contra la alergia, puede utilizarse para controlar la atopia en el gato. Este tratamiento consiste en administrar dosis crecientes del alérgeno al que el gato es sensible durante un periodo determinado de tiempo, con el fin de desensibilizar su sistema inmunitario.
El objetivo de la inmunoterapia es reprogramar el sistema inmunitario, lo que evitará que aparezcan síntomas de alergia cada vez que el gato se exponga al alérgeno.
Este tratamiento implica visitas periódicas al veterinario durante un largo periodo de tiempo (meses) y los resultados tardan en notarse.
En función del carácter de tu gato y de sus signos clínicos, el veterinario te recomendará las opciones de tratamiento más eficaces para que tu gato se sienta cómodo y no tenga picor.