Descubre cuáles son los problemas cutáneos más comunes en los gatos

 

«Los problemas dermatológicos son habituales en los gatos. La piel es el órgano más visible del cuerpo, por lo que es posible reaccionar con mucha rapidez si observamos alguna anomalía».

Marina G Veterinaria

La piel es el órgano de mayor tamaño de los gatos y puede verse afectada por diferentes afecciones, desde problemas leves, fáciles de resolver, hasta enfermedades crónicas que precisan un tratamiento de por vida.

Una vez que la barrera cutánea y la función protectora se ven alteradas, la piel se vuelve más susceptible a sufrir daños y agresiones, lo que puede dar lugar a problemas secundarios.

Si sospechas que tu gato puede tener un problema de piel, es muy importante que acudas al veterinario para una revisión completa.

 

¿Cómo puedes reconocer la existencia de un problema en la piel de tu gato?

Los signos que apuntan a la existencia un problema de piel en los gatos son muy diversos y pueden ir desde algo tan simple como un aseo excesivo hasta grandes áreas afectadas por alopecia con lesiones cutáneas.

Algunos de los signos indicativos de un problema cutáneo (de la piel) son:

La dermatología felina es todo un mundo en sí mismo, si bien los gatos suelen padecer determinados problemas con mayor frecuencia. 

 

Parásitos externos

Los parásitos externos son una causa frecuente de los problemas cutáneos en gatos. Algo tan pequeño como una pulga puede tener un efecto desproporcionadamente perjudicial para la piel y la salud general de tu gato, incluso si este permanece todo el tiempo en el interior.

Sin embargo, las pulgas no son los únicos ectoparásitos que debemos tener en cuenta, ya que las garrapatas, los ácaros e incluso los mosquitos pueden provocarles problemas dermatológicos.

Pulgas 

El signo más frecuente de que un gato tiene pulgas es el picor. Con estos diminutos parásitos caminando por la piel de tu mascota en busca del lugar perfecto para comer, no es de extrañar que con frecuencia veamos a los gatos rascándose, mordisqueándose o aseándose para echar a estos huéspedes no deseados.

Cuando el picor es intenso, es probable que aparezcan lesiones secundarias como calvas, piel enrojecida y heridas. Este problema puede complicarse aún más si tu gato es alérgico a la saliva de las pulgas, un fenómeno que también se conoce como «dermatitis alérgica a las pulgas».

Los problemas de pulgas no deben tomarse a la ligera. Una pulga adulta puede poner hasta 50 huevos al día, que caen de la piel de tu mascota al entorno de su casa y pueden acabar provocando fácilmente una infestación de pulgas. Si tienes dificultades para deshacerte de las pulgas y el tratamiento antiparasitario no parece funcionar, no dudes en consultar a tu veterinario.

Ácaros

Son varias las especies de ácaros que pueden provocar problemas cutáneos. La mayoría de los ácaros se adhieren a la piel, provocando un prurito intenso, mientras que otros, los responsables de la demodicosis, viven en el folículo piloso.

La mayoría de los ácaros son microscópicos, pero su tamaño varía en función de la especie. Algunas especies son visibles a simple vista, como, por ejemplo, los ácaros de la cosecha, que suelen ser del tamaño de una cabeza de alfiler y de color naranja, o la Cheyletiella, también conocida como caspa andante.

Las infecciones por ácaros afectan con mayor frecuencia a los oídos y se observan a menudo en cachorros. Este tipo de infecciones suelen dar lugar a una secreción ceruminosa de color oscuro característica, similar a los granos de café.

Las infecciones de oído por ácaros provocan molestias, picores e incluso dolor generalmente, y a menudo verás a los gatos rascarse las orejas o sacudir la cabeza.

Aparte de las orejas, las infecciones por ácaros suelen afectar a la cara y la cabeza del gato, si bien también es posible observar lesiones, como calvas, costras y descamación, en otras partes del cuerpo. Los gatos no tienen tendencia a padecer enfermedades dermatológicas generalizadas y es probable que estas solo se produzcan si el animal presenta otra enfermedad de base, como la diabetes o la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina.

La mayoría de los ácaros son contagiosos para otras mascotas y algunos incluso para las personas.

 

Alergias

Sí, los gatos también pueden sufrir alergias, ¡como las personas!

El principal signo de una alergia en gatos es el picor. Como los gatos intentan aliviar este picor rascándose y aseándose, suelen provocar un mayor daño en su piel y es probable que acaben presentando zonas sin pelo e incluso excoriaciones.

Otros signos de alergia en gatos, que no son específicos de ninguna alergia en concreto, son:

  • Picor alrededor de la cabeza y el cuello (prurito de cabeza y cuello).
  •  Alopecia provocada por el mismo animal (pérdida de pelo causada, por ejemplo, por un exceso de aseo).
  • Dermatitis miliar (pequeñas heridas en forma de costra en la piel).
  • Las lesiones del complejo del granuloma eosinofílico (un patrón de reacción de la piel a un problema subyacente, casi siempre de carácter alérgico, que puede manifestarse como úlceras indoloras que suelen afectar a los labios; otras lesiones cutáneas ulceradas; o nódulos o placas de piel elevada, firmes y rosados).
  • Infecciones bacterianas y fúngicas secundarias (dermatitis por Malassezia) debidas a un rascado excesivo.

Dermatitis alérgica a las pulgas

La dermatitis alérgica a las pulgas es la alergia más frecuente en gatos, seguida de la dermatitis atópica. Está causada por una reacción exagerada del propio sistema inmunitario del gato a los alérgenos presentes en la saliva de la pulga.

Una sola picadura de pulga puede provocar una reacción cutánea desproporcionada, por lo que no es posible descartar fácilmente la DAPP aunque no encuentres pulgas en tu gato.

Los gatos con dermatitis alérgica a las pulgas suelen presentar lesiones en la cabeza, el lomo, cerca de la cola y el abdomen, habitualmente con dermatitis miliar, si bien también es posible que afecte a otras zonas del cuerpo, como, por ejemplo, los muslos y los flancos.

Otras hipersensibilidades a las picaduras de insectos

Los gatos también pueden ser sensibles a las picaduras de otros insectos, como, por ejemplo, los mosquitos, las hormigas, las abejas o las avispas.

Los insectos que tienen aguijones suelen inyectar veneno al picar, lo que puede provocar una reacción alérgica inmediata y aguda con inflamación, irritación y picor intenso que a veces deriva en problemas más graves, como dificultad para respirar. Este tipo de reacción anafiláctica es muy poco frecuente en los gatos, pero, si sucede, debes ponerte en contacto y llevar tu gato al veterinario de forma urgente.

Alergias alimentarias

Como su nombre indica, en las alergias alimentarias felinas, el alérgeno se encuentra en su comida. Los gatos pueden ser alérgicos a muchos alimentos, como la carne de vacuno, el pollo, el pescado y los productos lácteos.

Contrariamente a lo que solemos pensar, las alergias alimentarias se deben con mucha frecuencia a un alimento con el que tu mascota ya está familiarizada, en lugar de a una proteína nueva.

El picor suele ser más intenso en la cabeza, el cuello y las orejas, y algunos gatos también pueden experimentar vómitos y diarreas, si bien, esta manifestación es mucho menos frecuente.

Dermatitis atópica

La dermatitis atópica también está provocada por una respuesta inmunitaria exagerada a un alérgeno presente en el entorno del gato. En función del alérgeno al que reaccione el gato, es posible que solo presente signos cutáneos en determinadas estaciones del año. 

  • Ácaros del polvo doméstico y otros alérgenos de insectos
  • Polen y otros alérgenos presentes en las plantas
  • Alérgenos presentes en el moho

La alergia en gatos, todo un reto

Establecer el diagnóstico de una enfermedad alérgica en gatos es todo un reto y puede requerir mucho tiempo por diferentes razones:

  • La dermatitis alérgica a las pulgas, la dermatitis atópica y la alergia alimentaria presentan signos muy similares, por lo que en ocasiones no es posible diferenciarlas. Asimismo, los signos de las enfermedades alérgicas también coinciden con los provocados por otras enfermedades dermatológicas.
  • Si tu gato padece algún tipo de alergia, es más probable que también sufra otras alergias.
  • No existe una prueba única que permita a los veterinarios diagnosticar que un gato es alérgico, de modo que es necesario combinar diversas pruebas y descartar otras enfermedades.

Aun así, es esencial establecer el diagnóstico correcto, ya que las alergias en gatos son crónicas y será necesario tratar al animal de por vida. 

 

Dermatitis seborreica: el acné y la caspa en gatos

¿Sabías que los gatos pueden sufrir caspa y acné como las personas? La caspa y el acné son los trastornos seborreicos más frecuentes.

Acné en gatos

El acné felino se manifiesta en forma de puntos negros en la barbilla del gato, lo que provoca que el gato parezca sucio. En algunos gatos, el acné es el único signo. En otros, en cambio, puede que la barbilla se inflame, les pique e incluso se infecte con pápulas, pústulas e incluso forúnculos. También pueden aparecer costras y heridas provocadas por el propio gato al rascarse.

Aunque la presencia de una agresión externa, la seborrea, un sistema inmunitario debilitado y el estrés parecen contribuir a la presencia de acné en gatos, a día de hoy todavía no se conoce su causa con exactitud.

En algunos gatos puede convertirse en un problema crónico, ya que suele ser recurrente.

Piel seca y caspa en gatos

La seborrea seca en gatos suele manifestarse en forma de piel escamosa y con caspa, por lo general, a lo largo del lomo, si bien también puede limitarse a áreas localizadas. Sin embargo, debido a los meticulosos hábitos de aseo de los gatos, no siempre es fácil reconocer los signos de seborrea seca en estos animales. La mayoría de las veces, la piel seca y la caspa se manifiestan como una reacción de la piel a una agresión subyacente.

 

Infecciones cutáneas

Dado que la piel es la primera barrera de defensa contra todo tipo de agresiones externas, no es de extrañar que los problemas cutáneos sean un problema habitual de salud en los gatos. Afortunadamente, las infecciones cutáneas en los gatos no suelen ser tan frecuentes como en los perros. Estas están provocadas principalmente por hongos (la tiña es la más habitual), mientras que las infecciones bacterianas y por levaduras son secundarias a las lesiones que se provoca el propio gato al intentar aliviar el picor.

Tiña

La tiña está provocada por un hongo (dermatofitos).

Es importante prestar atención a esta enfermedad, ya que es contagiosa para otros animales y personas. El contacto con animales infectados u objetos contaminados no siempre provoca una enfermedad cutánea, pero los animales y las personas más débiles (que padecen otras enfermedades, por ejemplo) o inmunodeprimidos son más susceptibles a desarrollarla.

En los gatos, la tiña puede manifestarse de formas muy diferentes. Es posible observar lesiones cutáneas en forma de anillo sin pelo, áreas de piel seca y descamada, piel enrojecida con caspa, pápulas y costras.

Infecciones secundarias

Aunque no son tan frecuentes como en los perros, las infecciones cutáneas en los gatos son, en la mayoría de los casos, secundarias a lesiones autoinfligidas por el animal al rascarse o lamerse. Tratar la infección es esencial, pero lo más importante en este caso es determinar la causa que provoca el problema de piel o la enfermedad sistémica subyacente.

Es importante tener en cuenta que las infecciones cutáneas no implican necesariamente la presencia de una infección bacteriana (pioderma), ya que los gatos también pueden padecer infecciones por levaduras.

 

Enfermedades sistémicas que provocan signos dermatológicos

No todos los problemas de la piel se deben a una afección cutánea, son muchas las enfermedades sistémicas que se manifiestan con signos cutáneos. Algunas de ellas, son:

  • Enfermedades hormonales, como el hipertiroidismo y la diabetes
  • Carencias nutricionales
  • Enfermedades autoinmunes, como el lupus y el pénfigo
  • Enfermedades que debilitan el sistema inmunitario, como el virus de la inmunodeficiencia felina (VIF) y el virus de la leucemia felina (VLFe)
  • Tumores

Las lesiones cutáneas varían en función de la enfermedad subyacente, pero cualquier gato con un pelaje apagado y descuidado debe hacernos sospechar de una enfermedad sistémica.

 

La alopecia y la dermatitis psicógena

La alopecia y la dermatitis psicógena suelen aparecer como una respuesta del gato al estrés en su entorno, como, por ejemplo, un nuevo miembro de la familia o el aburrimiento.

En estos casos, la caída de pelo y la dermatitis se producen como consecuencia del aseo incesante de una o varias partes del cuerpo por parte del gato, lo que provoca calvas y, según la frecuencia y agresividad con las que se asee tu gato, otras lesiones secundarias, como piel enrojecida u oscurecida, piel en carne viva, lesiones eosinofílicas e infecciones.

Dado que el aseo excesivo puede ser un signo de otras enfermedades cutáneas o sistémicas, es esencial realizar una exploración física exhaustiva, analizar cualquier elemento compatible con trastornos de la conducta y establecer un diagnóstico. Tras descartar todas las demás posibilidades, es posible diagnosticar un problema psicógeno.

self-induced alopecia - cat allergies

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de las enfermedades cutáneas más comunes en gatos