La piel del perro
Marina G VeterinariaLa piel tiene un papel esencial en la vida del perro. Las agresiones externas debilitan el frágil ecosistema de su piel. La barrera cutánea se altera, la flora natural se desequilibra y las defensas de la piel se activan, lo que acaba provocando trastornos dermatológicos.
La barrera cutánea canina, un ecosistema complejo y frágil
La piel tiene varias funciones fundamentales: protección contra las agresiones externas, regulación térmica, eliminación del exceso de sebo y liberación de feromonas, que intervienen tanto en el marcaje territorial como en la comunicación social y sexual. La barrera cutánea es esencial para proteger al organismo de bacterias, levaduras, alérgenos y otros agentes externos perjudiciales. También ayuda a mantener la hidratación.
La eficiencia de la protección de la barrera cutánea se basa en tres componentes que interactúan entre sí:
• la barrera cutánea mecánica: básicamente células y componentes de la piel que actúan como si fueran una pared de ladrillos y cemento que impide la pérdida de agua y la entrada de sustancias u organismos perjudiciales.
• la barrera cutánea inmunológica: células y moléculas que defienden al organismo contra agentes perjudiciales. Dado que la superficie de la piel está en contacto con el medio externo, el sistema inmunitario es muy activo en ella.
• la barrera cutánea microbiológica: está formada por muchos microorganismos que viven en la superficie de la piel (bacterias, levaduras, etc.). Esta barrera, cuando está equilibrada, proporciona protección contra la invasión de microorganismos patógenos.
Este uilibrio es, no obstante, frágil y merece que se le presten cuidados y atención. Sea cual sea el tipo de piel o pelo, todos los perros pueden verse afectados por un problema cutáneo. Cuando se debilita por las agresiones, el ecosistema de la barrera cutánea se altera y pueden observarse signos de ello en el pelo y la piel del perro.
Una piel seca, grasienta o escamosa; la presencia de zonas enrojecidas y húmedas; el picor; la colonización por bacterias, o el sobrecrecimiento de levaduras pueden ser síntomas de una barrera cutánea alterada. Si observas alguno de estos signos en la piel o el pelo de tu amigo peludo, no dudes en ponerte en contacto con tu veterinario.
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