¿Le pica la piel a tu gato?
Marina G Veterinaria«El picor es una afección muy habitual en los gatos, si bien no suele ser tan evidente como en los perros, ya que en los felinos suele manifestarse como un lamido excesivo. En este caso, tu gato simplemente dedicará más tiempo a acicalarse de lo habitual. Vigilar a tu gato es la mejor manera de saber si algo va mal».
¿Te suena? Has notado que tu gato pasa mucho tiempo rascándose, lamiéndose, mordisqueándose o limpiándose la piel y el pelo, e incluso ha llegado un punto en el que se siente bastante angustiado y ya no sabes qué hacer.
El picor de la piel (también conocido como prurito) es un signo muy habitual de que algo puede estar afectando a la salud de tu gato. Lamentablemente no es específico de ninguna enfermedad en particular, lo que significa que el diagnóstico y tratamiento de la causa subyacente que lo provoca puede suponer todo un reto.
¿Cómo puedes saber si tu gato sufre prurito?
Todos hemos visto a nuestros gatos rascarse de vez en cuando, así que ¿cómo saber si les pica la piel de verdad y tienen molestias? Algunas de las señales a las que hay que prestar atención son:
- Se rasca más de lo normal. Si notas que tu gato se rasca con regularidad y no solo una o dos veces, es señal de un problema.
- Aseo excesivo/tirones de pelo.
- Se frota excesivamente la cara o el cuerpo contra objetos (más de lo normal).
- Mordisquea o muerde la piel o el pelaje.
- Tiene calvas (zonas sin pelo).
¿Qué provoca prurito en gatos?
Son muchas las causas que pueden provocar picor en la piel. Algunas son bastante evidentes, como las pulgas o las garrapatas, si bien también puede ser consecuencia de otra enfermedad.
Algunas de las causas más habituales de picor son:
Parásitos externos, como pulgas, garrapatas y ácaros
Las infestaciones por pulgas son la causa más frecuente de picor en la piel de los gatos, aunque las pulgas no son los únicos parásitos que pueden encariñarse demasiado con la piel de tu gato.
Los ácaros, los mosquitos y las moscas también pueden provocar molestias e irritaciones, si bien con menor frecuencia. Los ácaros, como la Cheyletiella o caspa andante, pueden ser más difíciles de tratar que las pulgas. Algunas especies de ácaros responsables de la sarna sarcóptica pueden saltar de los gatos a las personas. También es necesario prestar atención a los parásitos responsables de la demodicosis.
En todos los casos, seguir el tratamiento antiparasitario preventivo es la mejor forma de evitar y tratar las infestaciones parasitarias. Para ello, respeta las recomendaciones del fabricante y aplica el tratamiento correspondiente tanto a todas las mascotas que tengas en casa como en el entorno, si has visto parásitos externos.
Las alergias, una enfermedad frecuente en los gatos
Como las personas, los gatos también pueden padecer alergias y, en consecuencia, sentir un gran picor en la piel. Las alergias en los gatos pueden incluir:
- Dermatitis alérgica a las pulgas (DAPP): cuando un gato es alérgico a un alérgeno presente en la saliva de las pulgas, una sola picadura es suficiente para que se produzca una reacción y el animal experimente un fuerte picor.
- Alergias alimentarias: están provocadas por la alergia a un ingrediente de la comida del gato, como, por ejemplo, el pollo, el cordero, la ternera, los productos lácteos o el trigo.
- Dermatitis atópica: alergia en la que el gato reacciona a algún elemento de su entorno, como el polen, las gramíneas, los ácaros del polvo doméstico, etc.
Las causas de las reacciones alérgicas pueden ser muy variadas e ir acompañadas de muchos otros síntomas, además del picor de la piel.
En ocasiones, estas causas se superponen, lo que significa que tu gato puede padecer una alergia alimentaria y una alergia ambiental a la vez.
Infecciones cutáneas
Las infecciones en la piel pueden estar causadas por un gran número de organismos diferentes y, en la mayoría de los casos, son secundarias a un problema subyacente o se producen de forma secundaria a lesiones autoinfligidas por el propio gato debido al picor.
Por lo tanto, las infecciones (ya sean bacterianas o de otro tipo) suelen ser consecuencia de un sistema inmunitario debilitado en la piel, ya que la piel con heridas y lesiones se infecta fácilmente.
Las infecciones fúngicas, como la tiña, pueden provocar la pérdida de pelo (alopecia) en los gatos, así como una piel costrosa y enrojecida (a veces con forma circular), con una intensidad de picor muy variable.
Contacto con agentes irritantes de la piel
Sí, a veces se produce un accidente. Si ves que, de repente, tu gato se rasca con insistencia, conviene investigar si ha tocado algo que le pueda irritar la piel, como detergentes domésticos u otros productos.
Ponte en contacto con tu veterinario tan pronto como puedas, ya que muchos productos pueden ser peligrosos para tu gato en grandes cantidades o si permanecen en su piel durante demasiado tiempo. Si sabes qué producto ha sido, tenlo a mano mientras hablas con tu veterinario.
Alopecia psicógena
Se trata de un problema emocional que afecta a los gatos que, por alguna razón, se sienten ansiosos. No guarda relación con el picor. Sin embargo, muchos de los signos pueden parecer idénticos, como, por ejemplo, un aseo excesivo o tirones que provocan la caída de pelo o, incluso, su rotura. El diagnóstico de la alopecia psicógena pasa por descartar el resto de las causas posibles y evaluar la situación del gato en el hogar, así como las posibles causas de estrés.
¿Qué puedes hacer para ayudar a tu gato?
Cuando nos encontramos ante un gato que presenta un síndrome de picor, lo primero que nos viene a la cabeza es: ¿se le irá?
Las causas del prurito son muy variadas y, en consecuencia, también lo es la respuesta a esta pregunta. La buena noticia es que, en general, el picor de la piel desaparece con un tratamiento adecuado o, como mínimo, es posible controlarlo de forma adecuada.
En función de su causa, eliminar el picor de la piel puede ser tan fácil como utilizar un tratamiento antipulgas a intervalos regulares. Sin embargo, algunas causas son difíciles de diagnosticar y tratar, lo que hace que este proceso sea mucho más complejo.
Busca ayuda veterinaria
Lo más importante es que consultes a tu veterinario sin demora. Este hará todas las pruebas necesarias para determinar la causa subyacente que provoca el problema de picor a tu gato.
Los problemas de piel complejos pueden resultar abrumadores, sobre todo cuando están provocados por reacciones alérgicas o por un problema oculto en otra parte del cuerpo. El diagnóstico suele basarse en un proceso de varios pasos y el tratamiento, en algunos casos, será de por vida.
Confía en tu equipo veterinario y explícale tus preocupaciones o problemas. Encontrarás muchas opciones a tu disposición y es probable que tu gato no sea la primera mascota que no responde bien a determinadas partes del tratamiento.
Lleva un registro preciso de tu gato
A fin de contribuir a hallar la causa correcta que provoca el picor lo antes posible, registra la evolución de forma precisa e incluye los datos siguientes:
- ¿Cuándo empezó?
- ¿Cómo lo has notado?
- ¿Es la primera vez que ocurre?
- ¿Dónde puede ir tu gato?
- ¿Existe la posibilidad de que tu mascota haya ingerido o entrado en contacto con algo peligroso?
- ¿Padece alguna otra enfermedad?
- ¿Toma tu gato alguna medicación?
- ¿Sigues estrictamente el tratamiento contra pulgas y garrapatas?
- ¿Hay más mascotas en la casa?
Es tentador pensar que el picor de la piel se resolverá por sí solo, pero si estás leyendo esto es porque has notado que tu amigo felino no se encuentra del todo bien y el hecho de rascarse le genera malestar. Si el picor no se trata, es probable que aparezcan heridas y eso dispararía las posibilidades de que padezca una infección secundaria.
Lo que podría haber sido un problema bastante sencillo de resolver puede convertirse rápidamente en una enfermedad compleja y mucho más dañina.
Ten paciencia y sigue el tratamiento durante el tiempo que sea necesario
La lista de problemas que provocan picores en la piel y que requieren tratamientos prolongados es larga. Es por ello que debes seguir el tratamiento establecido por tu veterinario de la forma más estricta posible. De lo contrario, puede que tengas que dar pasos atrás o incluso volver a empezar de cero. En función de la causa, quizás se requiera un tratamiento de por vida.
Alivia rápidamente los síntomas
Aparte de abordar la afección subyacente que puede padecer tu gato, lo que puede requerir tiempo, también es necesario tratar rápidamente el picor para evitar provocar un mayor daño en la piel. Para ello, existen diferentes soluciones, como el uso de productos tópicos para aportar principios activos que ayuden a aliviar la irritación y reparadores allí donde sea necesario. En función de la situación, el veterinario también podría recetar medicamentos orales o inyectables para aliviar el picor. La línea de productos DOUXO® S3 CALM se ha formulado para aliviar el picor, reforzar la barrera dañada y restablecer el equilibrio de la flora microbiana de la piel. Incluye una amplia variedad de formulaciones, por lo que es posible evitar los baños que tanto estresan a tu gato. Si tu gato padece una infección cutánea, puede que tu veterinario te recomiende el uso de productos antisépticos como DOUXO® S3 PYO.
Evita que el daño vaya a más
Las lesiones de tu gato no se curarán si se sigue rascando o acicalando de forma persistente, por lo que es esencial impedir que pueda tocar la piel lesionada.
Sabemos que los gatos no son fanáticos de los bodis ni de los collares isabelinos, pero recuerda que, si se lame la lesión durante tan solo unos pocos minutos, puede arruinar fácilmente todo el progreso logrado. Además, solo deberás utilizarlos unos pocos días.